Choque de legalidades


Tras bastante tiempo desatendiendo el blog, los acontecimientos recientes hacen que me ponga de nuevo manos a la obra, dado que revisten especial gravedad. Asisto atónito al desafío que el Parlament lanza al Estado de Derecho, lo que podemos llamar con toda propiedad un Golpe de Estado. Un Golpe de Estado, según la definición clásica de Kelsen, consiste en la anulación y sustitución de forma ilegítima de un ordenamiento jurídico por otro, siendo ilegítima cuando las normas jurídicas son invalidadas de forma distinta a la que el mismo orden jurídico determina, es decir, cuando se viola la legalidad vigente. Esto, que innegablemente ha sucedido en Cataluña los pasados días, es por tanto un Golpe de Estado, si aceptamos la definción de Kelsen como válida. Los procedimientos, en Democracia, son una parte fundamental de la misma, siendo los procesos los que garantizan la seguridad jurídica y el respeto a los derechos de todos los parlamentarios, tanto de las mayorías como de las minorías.

Por tanto, el "choque de legalidades" o "de legitimidades" que aduce el Govern, es desde un punto jurídico, al menos para un servidor, una entelequia. Se ha despreciado no sólo la norma suprema de un Ordenamiento Jurídico basado en el Estado de Derecho, la Constitución, sino también el Estatut vigente y el propio Reglamento del Parlament, con interpretaciones que harían sonrojar a cualquier estudiante de Derecho y desoyendo (o más bien, no dejando expresarse) al propio Letrado Mayor del Parlament. Creo que lo sucedido en el Parlament con las Leyes de ruptura, ha dado al traste con gran parte de su argumentario los últimos años.

No obstante, saliendo de dichas Leyes de ruptura y su proceso de aprobación,  que cualquier estudiante de Derecho podría fácilmente rebatir, creo que lamentablemente el relato procesista se está saliendo con la suya. Creo haber dicho en alguna ocasión que creo firmemente que los no procesistas llegan tarde y que, antes o después, el independentismo crecerá cada vez más y la situación se hará aún más grave. Creo también que el referéndum del 1 de octubre es otra performance y así lo tienen claro los propios líderes independentistas (menos quizás los más fanatizados, que no son pocos). Cualquier político sabe que sin una mayoría más amplia (o simplemente una mayoría, ya que todos sabemos el apoyo al independentismo que se dio en las mal llamadas "plebiscitarias"), su movimiento no tiene la fuerza suficiente para proclamar la independencia. Sin embargo, la aprobación de las Leyes de ruptura y la convocatoria del referéndum provocará, o mejor dicho, ha provocado que la maquinaria del Estado se ponga en marcha, siendo varios miembros del Govern, la Mesa del Parlament y cientos de alcaldes investigados por desobediencia. No cabe duda que quien comete un delito ha de ser perseguido por ello, como es el caso, pero no hay que olvidar que el relato del independentismo es en gran parte un relato basado en la victimización. Su control de medios públicos y privados de comunciación, harán su trabajo para presentar lo que es el simple funcionamiento de la Justicia cuando se comete un delito en publicidad a sus presupuestos victimistas y conseguirán apoyo de ciertos votantes.

Como bien dice Josep Borrell, los partidos no nacionalistas tienen su parte de culpa, habiendo dejado sin rebatir durante años grandes mentiras notorias del nacionalismo por interés, desidia o por no ser conscientes del peligro que tal inacción conllevaría con el paso de los años. Tras años y años escuchando lo de las balanzas fiscales de Alemania, a pesar de que hay pruebas de que es completamente mentira, muchos procesistas lo siguen sacando en su argumentario. Tras varios años diciendo que una Cataluña independiente no saldría de la UE, a pesar de que la Comisión Europea y varios órganismos hayan dejado claro que es mentira, el Vicepresident Junqueras sigue mintiendo obstinadamente sobre el tema y sus votantes siguen dándole la razón. Sumémosle a todo esto el control del Govern durante años de la Educación; que cada nueva generación de catalanes sea más independentista que la anterior no es casualidad. Sin negar que un control de la Educación por España puede ser utilizado con fines partidistas, así como el control de los medios de comunicación públicos (tenemos como ejemplos la propia RTVE, Telemadrid, TV Castilla la Mancha...), creo que el caso catalán es de los más significativos.

Por resumir un poco este cajón de sastre de pensamientos, la conclusión a la que llego es que el anunciado referéndum del 1 de octubre, se celebre o no, será utilizado por el independentismo para hacer publicidad, una vez más, presentándose como la víctima de un Estado totalitario e intolerante. Ellos tienen su relato y los que no estamos de acuerdo, llegamos tarde para rebatirlo. Varios años tarde. Espero equivocarme. Mientras tanto, seguiremos intentándolo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

O Referéndum, o fin del bucle

Presentación